En la víspera de Halloween, Ron Malson se encontraba fumando un cigarrillo en el balcón de su apartamento. Desde allí divisaba como chicos y chicas de todas las edades disfrazados de personajes terroríficos picaban en los timbres de las puertas de la gente, para asustarles y pedir caramelos a cambio.
En su ordenador sonaba la música de Metallica, lo cual no impidió que escuchara el timbre de la puerta que sonaba insistentemente. Se fue hacia la puerta sin pensar, pensando que algunos de esos chavales con ganas de juerga habían escogido al azar su apartamento, y le tocaba elegir entre susto o trato. Abrió la puerta de golpe, pero para su sorpresa no había ningún chaval en la puerta, sino una hermosa joven que le dirigió una intensa mirada mientras le decía:
.- No me conoces, pero yo a tí sí. Necesito que me dejes entrar y contarte algo asombroso, algo que no te puedes ni imaginar.
Ron, que no dejaba pasar a nadie al interior de su apartamento, no lo dudó. La joven dió unos cuantos pasos hacia el interior del apartamento, mientras Ron cerraba la puerta y la acompañaba para que tomara asiento. Tras disminuir un poco el volumen de la música, le ofreció algo de beber. Ella pidió algo dulce, y Ron le ofreció una copa de destilado de granada sin alcohol, mientras la chica agradecía con una leve sonrisa el ofrecimiento.
.- Dime. Has conseguido captar mi curiosidad. ¿qué es eso de que me conoces? y ¿qué es eso tan asombroso que me tienes que contar?.- preguntó Ron.
.- “Mi nombre actual es Heather, aunque cuando te conocí me llamaba Anne Goldin…”
.-¿cómo que cuando nos conocimos?. Yo no te he visto nunca.- interrumpió Ron.
.- “te ruego que me permitas explicarme, y aunque suene extraño, tú y yo nos conocemos hace más de 200 años, aunque ni con este nombre y con este aspecto. Tus sueños, tu soledad, tu forma de comportarte con la gente…. ¿nunca te has preguntado por qué eres tan diferente al resto?. Preguntó Heather.
.- Debe tratarse de una broma, pero dime ¿quién te ha enviado?. Hoy es día de bromas y de sustos, pero me parece que lo tuyo es una broma pesada. No sé como sabes esos pensamientos que tengo a veces, ni lo de mis sueños, porque nunca los he compartido con nadie, pero….
Ahora era Heather quien interrumpía poniendo el dedo índice sobre los labios de Ron, pidiendo que guardara silencio.- “Déjame seguir, Ron”.- dijo Heather.
.- Tu nombre real no es Ron, sino Wickle. La razón por la que no encajas aquí, es porque tanto tu espíritu como el mío son especiales. Tu eres un poderoso brujo que has muerto y vuelto a reencarnarte durante miles de años, y yo soy una hechizera cuyo nombre como ya te he dicho fue Anne Goldin. Fuíste tú quien me conferiste el poder de realizar conjuros. Fuíste tú el que convertiste a la hija de un humilde pastelero en lo que soy, y fuíste tú la persona, querido brujo, la fuerza que me hizo sentir el amor y la pasión que nunca más he vuelto a sentir con nadie.
Ron sonreía.Pensaba que aquella chiflada se había escapado de algún psiquiátrico, pero era guapísima, su mirada era angelical, y lo que decía tenía el encanto de una historia tan bonita como fantasiosa. Mientras escuchaba, Heather seguía con su historia.
.- La razón por la que vengo a verte es porque necesito que vuelvas a mi lado. Solo durante el día de hoy puedo reencarnarme en humana para explicarte ésto y conseguir que vuelvas. Es por ello que no tenemos mucho tiempo.
Ron decidió intervenir:
.- Está bien, Heather o Anne, o como quiera que te llames. Me pareces una mujer guapísima e inofensiva, pero creo que no debes estar muy bien de la cabeza. De todas formas, imagina que me creo tu historia, y soy el brujo más milenario de la historia. ¿por qué no tengo poderes y ¿qué quieres decir con que vuelva contigo?, ¡ahora estamos juntos!
Heather se disponía a seguir, cuando una insospechada tormenta de rayos y truenos asustó a Ron, y una intensa lluvia arreciaba como si quisiera inundar todas las calles, provocando que cada gota de agua que golpeaba en el suelo, sonara como un martillazo en la cabeza de Ron. La noche se había cerrado de golpe, y Ron se apresuró a cerrar la puerta del balcón para evitar que ningún rayo despistado se colara en su casa. Seguidamente, volvió a su asiento para seguir escuchando a Heather, no sin antes encender un cigarrillo.
Tan pronto como tomó asiento, Heather continuó:
.- Este cambio de tiempo es la señal. No tengo mucho tiempo para explicarte mucha cosas. Sólo te diré que me has de creer. Tus sueños sobre surcar los cielos volando… todo es verdad. No eres un brujo milenario, Wickle, eres el brujo más fuerte de la historia. Tienes el poder de la transmutación y de la comunicación con animales y plantas. Tienes el poder de atravesar la piedra con tu mirada, y tienes el poder de invocar al rayo y dirigirlo hacia donde quieras, y tienes el poder de conferir parte de tus poderes a alguien en quien confíes. Eso es lo que hiciste conmigo cuando nos conocimos en 1780. Tuvimos una romántica y pasional historia, y me enseñaste algunos de tus secretos mejor guardados, me enseñaste algunos hechizos y me concediste la vida eterna, solo que tu conjuro fue inacabado….
Ron seguía incrédulo el discurso de Heather, aunque, empezaba a sospechar que no todo era tan falso, porque era cierto que tenía desde hace semanas un sueño recurrente en el que volaba.
.- Sí Wickle. Estabas formulando aquél conjuro para darme el don de la inmortalidad del alma y la eterna juventud, cuando el demonio Ankor, tu principal rival, y señor del mal, te atravesó con su flecha envenenada para que murieras en aquél cuerpo y que en el resto de reencarnaciones que tuvieras no recordaras nunca tu auténtico ser ni la razón de tu existencia. Oh Wickle, A mi me quemaron en la hoguera por bruja en Suiza en 1782, y desde entonces solo puedo tomar cuerpo humano una vez al año coincidiendo con el día en que me quemaron. Te demostraré que tienes algún poder que no conoces y que puedes utilizarlo ahora, pero no recuperarás tus poderes hasta que no transmutes en cuervo.
-Está bien hechizera, supongamos que te creo. ¿cuál es ese poder que tengo y que dices que no conozco?.- Preguntó Ron.
- Tienes dos poderes que te demostraré. El primero de ellos es fácil: tienes el poder de hacer que la lluvia cese, con tan solo desearlo. Ahora puedes hacerlo. Llueve intensamente y puedes hacer que pare si te concentras unos segundos.
Ron se concentró en el cese de la lluvia y efectivamente la lluvia cesó de golpe;
.- Alucinante.- sonrió.- ha sido una casualidad. Ya veremos si puedo hacerlo nuevamente cuando vuelva a llover.
.- Claro que sí!. -dijo Heather.- y el segundo poder que puedo mostrarte es precisamente ese, el de volver a invocar la lluvia y al rayo. Hazlo y descubre tu poder.
Ron se concentró en invocar la lluvia y al rayo, y ambos se manifestaron nuevamente. Extrañado y asombrado, Ron se pasó algunos minutos invocando la lluvia y al rayo y haciéndolos cesar, hasta que el clima se convirtió en una contínua intermitencia de lluvia.
Ron miró a Heather:
.- No sé como lo has hecho, pero te creo. Enseñame más.- inquirió a la joven.
.- Desgraciadamente no puedo mostrarte más. Nos queda muy poco tiempo, y si haces lo que te digo, y confías en mi, pronto dejarás de ser Ron y volverás a ser Wickle, volverás a disponer de todos tus poderes y estaremos juntos nuevamente por toda la eternidad, si lo deseas. Si no haces lo que te digo, por extraño que parezca, no volveré a poder regresar y nuestras almas quedarán desconectadas para siempre.
.-Está bien, Heather. Dime qué he de hacer para recuperar todos mis poderes y volver a ser Wickle. .- Ahora Ron estaba ansioso por ver como acababa esa historia.
.- Bien Wickle. Ante todo debes tomar unas gotas de esta pócima que tu mismo me enseñaste a elaborar. Contiene salvia, un hongo mágico, mandrágora y una infusión realizada con la sangre y el ojo de un cuervo. Te ayudará a la transmutación. Debes asomarte al balcón antes de media hora, subir a la barandilla y tirarte al vacío. Tu cuerpo se precipitará al suelo, pero tu alma escapará volando y te convertirás en cuervo antes de volver al estado humano o animal que quieras. En ese momento habrás recuperado todos tus poderes y estaremos juntos para siempre.
Ron encendió un nuevo cigarrillo, y se levantó del sillón donde estaba sentado, mirando hacia el balcón. ¿quieres que me tire por el balcón?. Creo que no, lo siento. me tomaré tus gotas, pero no me tiraré por el balcón… y de un manotazo arrebaró el frasco que Heather sostenia en sus manos y que contenía la pócima mágica que había preparado para la ocasión. La bebió de golpe, pero no unas gotas, sino el frasco entero.
Ron se sintió mareado. La pócima tuvo un efecto inmediato. En su entorno, Ron percibía cuervos y almas, estrellas deslumbrantes y una luna llena. Decenas de recuerdos de vidas ascentrales vinieron a su mente. Todo el conocimiento del mundo, todas las lenguas volvieron de golpe a su cerebro. Empezó a dar vueltas, hasta que atinó a abrir la puerta del balcón. Se subió con ayuda de una silla a la barandilla, y sin poder guardar el equilibrio ni siquiera durante unas décimas, se precipitó al vacío.
Heather miraba ahora el cuerpo inerte de Ron allí abajo en el suelo, con la cabeza abierta y desangrada, mientras algunos curiosos se acercaban al cadáver. Heather sonreía desde el balcón, mientras su rostro se desfiguraba y se convertía en el demonio Ankor, capaz de inducir a la muerte a cualquiera.
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Al día siguiente, la prensa local se hacía eco del triste desenlace de un vecino del pueblo, que sin saber cómo ni por qué, había decidido acabar con su vida arrojándose desde el balcón de su casa. El demonio había triunfado.
Pero, a lo lejos, imperceptibles ante la oscuridad de la noche, se entreveía el vuelo de dos cuervos que se dirigían hacia la montaña. Tras el salto de Ron, la trasnmutación en Wickle había tenido lugar. Las almas de Wickle y Anne se habían reencontrado, y quizás la estrategia del demonio Ánkor no había resultado tal y como el impostor esperaba. Ya en las montañas un hombre y una mujer desnudos sonreían mientras estrellaban contra el suelo un frasco igual al que Ron había tomado pero con un contenido que provocaba la muerte del cuerpo y del alma, tal y como el demonio preveía. El cambiazo que Anne le había dado a Ankor había funcionado. La estrategia de Anne había sido milimétricamente calculada durante siglos. La lluvia caía intermitente sobre el pueblo y cientos de rayos cruzaban el cielo una y otra vez durante esa noche. Wickle había vuelto gracias a la astucia de Anne.
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