también conocido como Noche de Brujas llegó a Estados Unidos con la inmigración europea, principalmente la de irlandeses católicos y tiene su origen en una festividad céltica conocida como Samhain.
El Samhain era el dios de los muertos para los celtas, su festividad era una de las más importantes para ellos y, aunque no se conocen exactamente las fechas en que tenían lugar estas celebraciones se cree que duraban una semana entre el 31 de octubre y el 7 de noviembre (según revelan diferentes fuentes), finalizando con la fiesta de «los espíritus» y con ello iniciaba el año nuevo celta.
Durante estos días los sacerdotes druidas, se comunicaban con sus antepasados esperando ser guiados en esta vida hacia la inmortal. Se dice que los «espíritus» de los ancestros venían la noche del 31 de octubre a visitar sus antiguos hogares y que los aldeanos ponían una vela en la ventana de su casa por cada difunto que hubiese en la familia para recibirlos durante la madrugada del 01 de noviembre, que es cuando se conmemora el Día de Los Santos.
En cuanto al uso de trajes y máscaras se cree que los celtas los utilizaban guiados por la necesidad de ahuyentar a los espíritus malignos.
Parece ser que entre ellos había uno terriblemente malévolo que deambulaba por pueblos y aldeas, yendo de casa en casa pidiendo “TRUCO o TRATO”, aquel que no ofrecía “TRATO” el malévolo espíritu usaría sus poderes para hacer “TRUCO”, que consistiría en maldecir la casa y a sus habitantes. Como protección surgió entonces la idea de crear en las calabazas formas horrendas, para así evitar encontrarse con dicho espectro.
A pesar de haber nacido en Europa hace más de 3000 años esta fiesta dejó de ser tradición aquí hasta pasado el año 1920 cuando se realizó en Minnesota el primer desfile que originó una increible expansión mundial de esta fiesta en parte promocionada por la gigante industria cinematográfica estadounidense.
En España la celebración de Halloween es relativamente reciente aunque cada año cobra más popularidad.
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