lunes, 31 de octubre de 2016

¡Un viaje de muerte!

Eric y Leo  habían quedado en el bar “Los Delirios”.  Rosa, Ana y Luis vivían al otro lado del pueblo, no muy lejos del cementerio, y también se reunieron para encontrase con sus amigos en la parada del autobús a las 20:30h.
Era la Víspera de Todos Los Santos y en el pueblo vecino de Valle Oscuro se celebraba la fiesta anual de Halloween.
Todos se habían disfrazado y les resultó algo difícil reconocerse entre tantas brujas, hechiceros, diablos, muertos vivientes  y calaveras.
Se subieron al autocar y se quedaron impresionados de la decoración en su interior: había telarañas por el techo y las esquinas, los sillones y las cortinas estaban rotos, la tapicería desgarrada y  sonaba de fondo una espantosa música de ultratumba.
Entre el asombro y las risas se acomodaron en la parte delantera  y , enseguida,  el autocar se puso en marcha.
Apenas hubieron recorrido varios kilómetros cuando el vehículo realizó un cambio de sentido y se dirigió de vuelta al pueblo.
Con la oscuridad de la noche no pudieron reconocer exactamente  dónde se encontraban, así que  uno de los chicos decidió acercarse al conductor para preguntarle sobre aquel incidente.
Para su asombro, el hombre parecía estar totalmente ido: su cabeza se movía dibujando círculos y su boca balbuceaba sonidos difícilmente inteligibles.
El chico tocó el hombro del hombre quien cayó hacia delante y golpeó el claxon, que comenzó a sonar de forma estruendosa y continuada.
En unos instantes el kaos se había apoderado del autobús  y  sus ocupantes arrancaron  a correr y gritar como histéricos en su interior.
La única que permaneció en su asiento fue  Rosa. Había intentado llamar a sus padres para contarles lo sucedido pero el móvil no funcionaba… Sin embargo, consiguió tranquilizarse al comprobar que conocía el lugar al que estaban llegando.
Dos farolas iluminaban con una  luz muy tenue la entrada del cementerio. Los jóvenes volvieron a  sus asientos y  el autocar realizó una parada.


Las puertas se abrieron , una ráfaga de aire gélido se introdujo en el interior y  comenzaron a subirse toda clase de seres de aspecto aterrador que desfilaron por el pasillo hasta alcanzar los asientos traseros.
¡Ni el mejor de los disfraces que habían visto podía compararse con aquellos!.
El autobús reanudó la marcha y empezó a circular..nadie hablaba, ¡se les había helado el aliento a todos!.
¿Quiénes eran aquellas criaturas?, ¿qué estaba pasando?, ¿a dónde se dirigían?.

Volvió a sonar la música del casete. Las ánimas sonreían, ¡ no querían perderse la  fiesta de Halloween!.
El autobús realizó una nueva parada: habían llegado a  Valle Oscuro.¡Todos los ocupantes abandonaron el vehículo!.


Margarita Ossorio Montero +++


EL Dependiente Amable


Era una tarde de otoño, ya casi cerraban el almacén, cuando de repente aparece un hombre de estatura baja, con una verruga en la nariz y de allí saliendo unos grandes pelos blancos.
Se dirige cojeando hacia el dependiente.
El dependiente no se lo esperaba, él cliente le dice con voz gruesa y entrecortada, mostrando una sonrisa, de la cual se le veía un solo diente…. Necesito hablar con usted.
El dependiente abre sus ojos horrorizado… le dice.. Buenas tardes y sonríe con cara de susto, en que le puedo ayudar, el cliente de su mochila negra saca unos cuchillos grandes y muy afilados, con el mango roto, vengo a que me cambien estos cuchillos, pues solo los he comprado la semana pasada, estaba en el sótano preparando un caldo de pollo en mi caldero de fango, cuando al cortarle la cabeza al pollo, se le cayó la hoja y se me clavo en el medio del pie y me salió mucha sangre.
El dependiente al oír sangre, se saboreo los labios, sin que el cliente se diera cuenta, el coge los cuchillos y se los lleva a un cuarto oscuro. Regresa al momento y le dice, puede por favor volver mañana, donde le tendré respuesta de su petición.
El cliente marcha, pero nota algo extraño en aquel dependiente, sus ojos, esos ojos brillaban de una manera especial y él se pregunta ¿Por qué le brillan así los ojos?
Al día siguiente, regresa temprano, el dependiente lo ve, se le acerca diciéndole, tengo sus cuchillos los hemos mandado a la fabrica y los han devuelto reparados, pues lo único que les sucedía era que se les había caído una pieza.
El cliente se lleva los cuchillos; Pero cuando abre la caja encuentra una dirección y dice:
Lo espero a las 23:00 horas de esta noche.
El cliente regresa a su casa y espera la noche.
Comienza a caer una gran tormenta… Sale de casa y se dirige a la dirección de aquella nota.
Llega a la puerta y se encuentra con un gran picaporte con una cara de gárgola.
Llama a la puerta Toc-Toc-Toc.
Sale el dependiente y le dice, pase usted por favor… La casa era oscura y tenía unas grandes y pesadas cortinas rojas.
Tome asiento, el cliente se sienta y se pregunta…. ¿ por qué me ha invitado aquí?
Le acerca una taza y le dice, le traigo este caldo de pollo, él contesta está rica.
El Chico de la tienda, le responde me alegra que le guste, está hecha con los cuchillos que le he devuelto esta mañana, yo mismo los he utilizado antes de devolverlos.
Cae un Rayo… Se produce un apagón y cuando menos lo espera, le coloca la mano fría en su hombre y se le cerca al oído y le habla con un pequeño susurro…. Se me ha olvidado decirle, que no le he devuelto todos los cuchillos…..


domingo, 30 de octubre de 2016

Jack Silence: el orígen.


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Jack Silence había pasado su vida entre sangre y violencia. Cada tatuaje de su cuerpo honoraba a cada una de las viudas que dejaba a su paso. Mientras otros pistoleros eran hábiles en el uso del revólver, Jack se había especializado en el uso del cuchillo, en sus distintas artes, el degollamiento o el lanzamiento a distancia para atravesar el corazón de su vícitma. Nunca una víctima era inocente, todas merecían la muerte, a menos, eso era lo que pensaba Jack.

Nunca nadie le oyó hablar, susurrar o gritar. Hacía honor a su apellido, porque su único lenguaje era el de las armas blancas, rápidas y mortíferas, justicieras. Pero de todo eso ya hace mucho tiempo.

Desde hace una década Jack Silence es ahora conocido como el predicador Jack. Cansado de ser el mejor aliado de la muerte, decidió redimir sus pecados y dedicar su vida a difundir la justicia divina y el perdón en lugar de violencia y muerte. Desde que inició esa nueva vida, jack había alcanzado la paz interior, e incluso el amor, encarnado en su esposa Mary Ellenne Sullivan, y en sus dos hijos, el mayor de ellos Jack, y la pequeña Susan.

Pero los fantasmas del pasado siempre regresan cuando menos lo esperas. Aquella mañana, Harry, el hijo del sheriff entró rápidamente en la parroquia, para pedirle a Jack Silence, el predicador que corriera a conceder los santos sacramentos a su padre, que yacía moribundo en medio del pueblo, tras un tiroteo con unos pistoleros.

Jack montó a su caballo y galopó junto a Harry las 3 millas que separaban la parroquia de Jack del pueblo. Cuando llegó, el padre de Harry ya había fallecido, pero aún así le practicó la extremaunción como su fé mandaba.  Jack entró en el Saloon del pueblo en busca de los pistoleros que habían matado al Sheriff, pero el tabernero avisó a Jack que hacía un buen rato que habían marchado del bar.

Cuando Jack regresó a su casa, sonaron varios disparos. En la puerta de la casa, yacía muerta su pequeña Susan, y todavía estupefacto, pudo observar como su hijo Jack salía corriendo de la casa y un disparo por la espalda atravesaba sus pulmones.  Jack se apresuró a entrar en la casa, y comprobó como 5 personas se turnaban para violar a su mujer que estaba desnuda en el suelo y golpeada. Jack se avalanzó sobre el pistolero que en esos momentos montaba a su esposa, pero los otros cuatro le atraparon, y le ataron a una columna, inmovilizado, para que siguiera observando la violación hasta su final. Cuando el último de los hombres hubo satisfecho su necesidad sexual, dispararon a Mary Ellenne en la cabeza.

¿Recuerdas lo que hiciste a mi hermano Jack?. Fue lo último que escuchó Jack Silence el predicador antes de morir con un disparo en la boca.

Los pistoleros se marcharon del pueblo y las gentes del pueblo enterraron al predicador y a su familia, así como al Sheriff de la ciudad, en el cementerio del condado, pero ningún cura quiso conceder ni a Jack ni a su familia los sagrados sacramentos, al entender que Dios había pasado factura de los crímenes anteriores de Jack.

Pasó un año de la tragedia. El pueblo había recobrado la normalidad. Casi nadie recordaba o quería recordar lo sucedido, pero las bestias de la noche pueden cambiar el rumbo de la historia. Aquella noche, una manada de lobos irrumpió en el cementerio y los lobos excavaron en la tumba hasta que el cuerpo de Jack quedó al descubierto. La lluvia pronto convirtió el cementerio en un lodazal, pero entre el lodo, se veía la imagen de un predicador, vestido de negro y con el alzacuellos blanco intacto. Las botas negras de Jack también estaban intactas. Su cara estaba completamente desfigurada, casi era una calavera. De las cuencas de sus ojos salían gusanos, y de la nariz salían dos arañas que habían construído allí su nido.

La lluvia arreciaba y la tormenta eléctrica también estalló. Los lobos permanecían alrededor de la tumba, y una figura humana se acercaba a la tumba de Jack. Era Selene, la mujer pelirroja perseguida por brujería de quien se dice que había yacido con el mismo demonio.  Selene miró al cielo y gritó unas palabras incomprensibles que provocaron la huída de los lobos, y que un rayo cayera del cielo hasta impactar con el cuerpo de Jack.  Al cabo de unos minutos, Jack se levantó del suelo, en su torso podían leerse las palabras Black Sabbath, y un cinturón con cuchillos rodeaba la cintura de Jack. Selene se dirigió a Jack para encomendarle su misión, matar a todos quienes negaron los sacramentos de los difuntos, y vengar la muerte de su familia. Pero Selene tenía también otro mensaje para Jack: ofrecerle vida en la muerte a cambio de que su señor, el demonio se quedara su alma. Jack renunció a su dios y clamó venganza. De esta forma, Jack se convirtió en el silencioso predicador satánico que está detrás de cada muerte no explicada que se produce en el mundo.

Ahora, la muerte es tan silenciosa como los cuchillos de Jack, que entrega a satán todas las almas arrancadas a Dios.


INGUMA

Naamah miraba distraída por la ventana el vuelo de los cuervos que revoloteaban alrededor del milenario roble, situado justo en medio del gran jardín que rodeaba la universidad. 
El señor Amazarac, profesor de mitos y leyendas, se dió cuenta de que la mayoría de alumnos imitaban el comportamiento de Naamah, prestándole nula atención. Así que calló de repente y se subió encima de la mesa, consiguiendo así la atención de todos los presentes.

-          Ya veo que no os interesa lo que os estoy contando y como se acerca la noche de Samhain, voy a explicaros la historia del demonio Inguma. – dijo el profesor con voz de ultratumba.

“Mau Mau o Inguma, también llamado Lamashtu en la demonología sumeria. Este demonio es uno de los demonios más malignos y despiadados. Un espíritu tan antiguo como el mundo, que arranca de los brazos de las madres a los niños para comerse su carne y beberse su sangre. Pero vosotros también debéis temerle ya que se alimenta de las almas de todos aquellos que sean puros.

Inguma es el creador de los malos sueños, las pesadillas y los terrores nocturnos. En la oscura noche, atraviesa las puertas convertido en niebla y se cuela por las rendijas más pequeñas hasta llegar a los pies de la cama de todo aquel que duerme. Si tenéis suerte, tan solo pasaréis una mala noche.

 Pero si el demonio quiere jugar, preparaos porque no descansareis hasta que os de muerte. Inguma os torturará cuando más indefensos os encontréis, sumidos en un plácido sueño que se convertirá en una eterna pesadilla. Sufriréis todos y cada uno de vuestros miedos, vuestras angustias se harán realidad y reviviréis vuestros temores una y otra vez, hasta que Inguma quedé satisfecho. 

Entonces, posará sus labios sobre los vuestros y vuestro último aliento será suyo para siempre. Y no creáis que así descansaréis, vuestra alma se unirá a su ejército de muerte. “

Naamah quedó hipnotizada por las palabras de su profesor. Sumida en el mundo de horror que había imaginado mientras él relataba la historia del demonio Inguma, no escuchó la campana que anunciaba el fin de las clases y cuando despertó de su ensueño todos sus compañeros se habían marchado y tan solo quedaba en clase el señor Amazarac.

Recogió sus cosas rápidamente y se dirigó hacia él, todavía con la mente obnubilada.

-          Profesor Amazarac, me ha dejado fascinada la historia de Inguma. ¿Podría contarme más sobre la cultura de la que proviene este demonio?  

-          Por supuesto Naamah, me alegra que te haya gustado esta leyenda. Todos los años en la noche de Samhain suelo reunirme con unos amigos para celebrar esta festividad. Si te apetece puedes venir, esa noche siempre contamos historias sobre mitología y precisamente iba a hablarles sobre Inguma.

Naamah salió de clase con una sonrisa, fantaseando con la idea de descubrir nuevas historias que habrían surgido años atrás para convertirse en leyendas y pensando que quizás, más que cuentos la gran mayoría debían de ser ciertas.

A las doce en punto tal y como habían quedado, Naamah llamó al timbre de la casa del profesor. Este la recibió vestido con una capa blanca, que ocultaba completamente su ropa y una capucha que dejaba entrever vagamente su rostro. Su brazo derecho sujetaba un candil que mantenía en alto y en su brazo izquierdo reposaba otra completamente igual, que le tendió a Naamah al tiempo que susurraba:

-          Pasa y ponte cómoda, estás en tu casa. Solo te pido que te pongas la capa, todos la llevamos y significa algo muy especial para nosotros. Más tarde te lo explicaré, ahora acompáñame abajo. Todos están deseando conocerte.

Naamah siguió al señor Amazarac por los pasillos tenuemente iluminados, hasta llegar a una puerta roja que se encontraba al final de la casa. El profesor abrió la puerta, desde la que pudo ver unas escaleras de caracol que descendían varios pisos y una intensa luz roja que iluminaba desde el fondo.

Con un rápido gesto que no alcanzó a adivinar, Amazarac la empujó con fuerza haciendo que se precipitará hacia la luz roja. Naamah rodó por los escalones gritando, intentando agarrarse a algo que parará la caída, pero un golpe la dejó inconsciente, tendida a los pies de la escalera.

Cuando su consciencia volvió y pudo abrir los ojos, Naamah quedó horrorizada. La habían atado de pies y manos sobre una gran losa de piedra. Estaba desnuda y llena de cortes que no dejaban de sangrar, creando pequeños ríos rojos que recorrían la losa hasta sus pies y formaban una cascada de sangre, dónde se amontonaban sus compañeros de clase aunque le costó reconocerlos. Con los ojos desorbitados y las capas manchadas de rojo, se peleaban entre ellos para conseguir beber de la sangre que resbalaba hasta el suelo.

Intentó liberarse de las cadenas que la ataban, pero su cuerpo no respondía. Quiso gritar por si alguien la oía y lograba rescatarla, pero sus labios no se movían. Sintió un escalofrío al oír una voz que susurraba a sus espaldas y que ella conocía perfectamente.

-          Naamah, Naamah…Quién juega con fuego puede quemarse, no debiste tentar al diablo.  ¡Inguma, oh dios de los eternos! Vestido de blanco te entrego al ser más puro de todos los tiempos, con su sangre tiñe nuestros cuerpos y con su alma llévanos contigo al eterno infierno -dijo el profesor acercándose a sus labios.

El frío se apoderó de su cuerpo cuando los labios de Amazarac rozaron los suyos y las lágrimas brotaban sin cesar resbalando por sus mejillas. Sentía como su último aliento la abandonaba poco a poco, colándose entre sus dientes hasta las fauces del demonio. Sus manos habían dejado de arañar la losa, sus pies reposaban inertes y sus ojos sin expresión…ya no tenía fuerzas para luchar.

Cuando los labios del profesor se alejaron de Naamah las cadenas que la ataban se liberaron, sus ojos se tornaron fuego y de su espalda salieron unas enormes alas negras que la elevaron hasta el techo.


Por fin Amazarac tenía a su ángel caído,la líder que los guiaría hacía el infierno y a un grupo de alumnos muertos sedientos de sangre. Y juntos, atemorizan a los pobres ingenuos que osan sumirse en un placentero sueño, robando sus almas para convertirlas en guerreros de Inguma...en guerreros de la muerte. 

La extraña visitante.


Resultado de imagen de una bruja viene a verme


En la víspera de Halloween, Ron Malson se encontraba fumando un cigarrillo en el balcón de su apartamento. Desde allí divisaba como chicos y chicas de todas las edades disfrazados de personajes terroríficos picaban en los timbres de las puertas de la gente, para asustarles y pedir caramelos a cambio.

En su ordenador sonaba la música de Metallica, lo cual no impidió que escuchara el timbre de la puerta que sonaba insistentemente. Se fue hacia la puerta sin pensar, pensando que algunos de esos chavales con ganas de juerga habían escogido al azar su apartamento, y le tocaba elegir entre susto o trato. Abrió la puerta de golpe, pero para su sorpresa no había ningún chaval en la puerta, sino una hermosa joven que le dirigió una intensa mirada mientras le decía:

.- No me conoces, pero yo a tí sí. Necesito que me dejes entrar y contarte algo asombroso, algo que no te puedes ni imaginar.

Ron, que no dejaba pasar a nadie al interior de su apartamento, no lo dudó. La joven dió unos cuantos pasos hacia el interior del apartamento, mientras Ron cerraba la puerta y la acompañaba para que tomara asiento. Tras disminuir un poco el volumen de la música, le ofreció algo de beber. Ella pidió algo dulce, y Ron le ofreció una copa de destilado de granada sin alcohol, mientras la chica agradecía con una leve sonrisa el ofrecimiento.

.- Dime. Has conseguido captar mi curiosidad. ¿qué es eso de que me conoces? y ¿qué es eso tan asombroso que me tienes que contar?.- preguntó Ron.

.- “Mi nombre actual es Heather, aunque cuando te conocí me llamaba Anne Goldin…”

.-¿cómo que cuando nos conocimos?. Yo no te he visto nunca.- interrumpió Ron.

.- “te ruego que me permitas explicarme, y aunque suene extraño, tú y yo nos conocemos hace más de 200 años, aunque ni con este nombre y con este aspecto. Tus sueños, tu soledad, tu forma de comportarte con la gente…. ¿nunca te has preguntado por qué eres tan diferente al resto?. Preguntó Heather.

.- Debe tratarse de una broma, pero dime ¿quién te ha enviado?. Hoy es día de bromas y de sustos, pero me parece que lo tuyo es una broma pesada. No sé como sabes esos pensamientos que tengo a veces, ni lo de mis sueños, porque nunca los he compartido con nadie, pero….

Ahora era Heather quien interrumpía poniendo el dedo índice sobre los labios de Ron, pidiendo que guardara silencio.- “Déjame seguir, Ron”.- dijo Heather.

.- Tu nombre real no es Ron, sino Wickle. La razón por la que no encajas aquí, es porque tanto tu espíritu como el mío son especiales. Tu eres un poderoso brujo que has muerto y vuelto a reencarnarte durante miles de años, y yo soy una hechizera cuyo nombre como ya te he dicho fue Anne Goldin. Fuíste tú quien me conferiste el poder de realizar conjuros. Fuíste tú el que convertiste a la hija de un humilde pastelero en lo que soy, y fuíste tú la persona, querido brujo, la fuerza que me hizo sentir el amor y la pasión que nunca más he vuelto a sentir con nadie.

Ron sonreía.Pensaba que aquella chiflada se había escapado de algún psiquiátrico, pero era guapísima, su mirada era angelical, y lo que decía tenía el encanto de una historia tan bonita como fantasiosa.  Mientras escuchaba, Heather seguía con su historia.

.- La razón por la que vengo a verte es porque necesito que vuelvas a mi lado. Solo durante el día de hoy puedo reencarnarme en humana para explicarte ésto y conseguir que vuelvas. Es por ello que no tenemos mucho tiempo.

Ron decidió intervenir:

.- Está bien, Heather o Anne, o como quiera que te llames. Me pareces una mujer guapísima e inofensiva, pero creo que no debes estar muy bien de la cabeza. De todas formas, imagina que me creo tu historia, y soy el brujo más milenario de la historia.  ¿por qué no tengo poderes y ¿qué quieres decir con que vuelva contigo?, ¡ahora estamos juntos!

Heather se disponía a seguir, cuando una insospechada tormenta de rayos y truenos asustó a Ron, y una intensa lluvia arreciaba como si quisiera inundar todas las calles, provocando que cada gota de agua que golpeaba en el suelo, sonara como un martillazo en la cabeza de Ron. La noche se había cerrado de golpe, y Ron se apresuró a cerrar la puerta del balcón para evitar que ningún rayo despistado se colara en su casa. Seguidamente, volvió a su asiento para seguir escuchando a Heather, no sin antes encender un cigarrillo.

Tan pronto como tomó asiento, Heather continuó:

.- Este cambio de tiempo es la señal. No tengo mucho tiempo para explicarte mucha cosas. Sólo te diré que me has de creer. Tus sueños sobre surcar los cielos volando… todo es verdad.  No eres un brujo milenario, Wickle, eres el brujo más fuerte de la historia. Tienes el poder de la transmutación y de la comunicación con animales y plantas. Tienes el poder de atravesar la piedra con tu mirada, y tienes el poder de invocar al rayo y dirigirlo hacia donde quieras, y tienes el poder de conferir parte de tus poderes a alguien en quien confíes. Eso es lo que hiciste conmigo cuando nos conocimos en 1780. Tuvimos una romántica y pasional historia, y me enseñaste algunos de tus secretos mejor guardados, me enseñaste algunos hechizos y me concediste la vida eterna, solo que tu conjuro fue inacabado….

Ron seguía incrédulo el discurso de Heather, aunque, empezaba a sospechar que no todo era tan falso, porque era cierto que tenía desde hace semanas un sueño recurrente en el que volaba.

.- Sí Wickle. Estabas formulando aquél conjuro para darme el don de la inmortalidad del alma y la eterna juventud, cuando el demonio Ankor, tu principal rival, y señor del mal, te atravesó con su flecha envenenada para que murieras en aquél cuerpo y que en el resto de reencarnaciones que tuvieras no recordaras nunca tu auténtico ser ni la razón de tu existencia. Oh Wickle, A mi me quemaron en la hoguera por bruja en Suiza en 1782, y desde entonces solo puedo tomar cuerpo humano una vez al año coincidiendo con el día en que me quemaron. Te demostraré que tienes algún poder que no conoces y que puedes utilizarlo ahora, pero no recuperarás tus poderes hasta que no transmutes en cuervo.

-Está bien hechizera, supongamos que te creo. ¿cuál es ese poder que tengo y que dices que no conozco?.- Preguntó Ron.

- Tienes dos poderes que te demostraré. El primero de ellos es fácil: tienes el poder de hacer que la lluvia cese, con tan solo desearlo. Ahora puedes hacerlo. Llueve intensamente y puedes hacer que pare si te concentras unos segundos.

Ron se concentró en el cese de la lluvia y efectivamente la lluvia cesó de golpe;

.- Alucinante.- sonrió.- ha sido una casualidad. Ya veremos si puedo hacerlo nuevamente cuando vuelva a llover.

.- Claro que sí!. -dijo Heather.- y el segundo poder que puedo mostrarte es precisamente ese, el de volver a invocar la lluvia y al rayo. Hazlo y descubre tu poder.

Ron se concentró en invocar la lluvia y al rayo, y ambos se manifestaron nuevamente. Extrañado y asombrado, Ron se pasó algunos minutos invocando la lluvia y al rayo y haciéndolos cesar, hasta que el clima se convirtió en una contínua intermitencia de lluvia.

Ron miró a Heather:

.- No sé como lo has hecho, pero te creo. Enseñame más.- inquirió a la joven.

.- Desgraciadamente no puedo mostrarte más. Nos queda muy poco tiempo, y si haces lo que te digo, y confías en mi, pronto dejarás de ser Ron y volverás a ser Wickle, volverás a disponer de todos tus poderes y estaremos juntos nuevamente por toda la eternidad, si lo deseas. Si no haces lo que te digo, por extraño que parezca, no volveré a poder regresar y nuestras almas quedarán desconectadas para siempre.

.-Está bien, Heather. Dime qué he de hacer para recuperar todos mis poderes y volver a ser Wickle. .- Ahora Ron estaba ansioso por ver como acababa esa historia.

.- Bien Wickle. Ante todo debes tomar unas gotas de esta pócima que tu mismo me enseñaste a elaborar. Contiene salvia, un hongo mágico,  mandrágora y una infusión realizada con la sangre y el ojo de un cuervo. Te ayudará a la transmutación. Debes asomarte al balcón antes de media hora, subir a la barandilla y tirarte al vacío. Tu cuerpo se precipitará al suelo, pero tu alma escapará volando y te convertirás en cuervo antes de volver al estado humano o animal que quieras. En ese momento habrás recuperado todos tus poderes y estaremos juntos para siempre.

Ron encendió un nuevo cigarrillo, y se levantó del sillón donde estaba sentado, mirando hacia el balcón. ¿quieres que me tire por el balcón?. Creo que no, lo siento. me tomaré tus gotas, pero no me tiraré por el balcón… y de un manotazo arrebaró el frasco que Heather sostenia en sus manos y que contenía la pócima mágica que había preparado para la ocasión. La bebió de golpe, pero no unas gotas, sino el frasco entero.

Ron se sintió mareado. La pócima tuvo un efecto inmediato. En su entorno, Ron percibía cuervos y almas, estrellas deslumbrantes y una luna llena. Decenas de recuerdos de vidas ascentrales vinieron a su mente. Todo el conocimiento del mundo, todas las lenguas volvieron de golpe a su cerebro. Empezó a dar vueltas, hasta que atinó a abrir la puerta del balcón. Se subió con ayuda de una silla a la barandilla, y sin poder guardar el equilibrio ni siquiera durante unas décimas, se precipitó al vacío.

Heather miraba ahora el cuerpo inerte de Ron allí abajo en el suelo, con la cabeza abierta y desangrada, mientras algunos curiosos se acercaban al cadáver. Heather sonreía desde el balcón, mientras su rostro se desfiguraba y se convertía en el demonio Ankor, capaz de inducir a la muerte a cualquiera.

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Al día siguiente, la prensa local se hacía eco del triste desenlace de un vecino del pueblo, que sin saber cómo ni por qué, había decidido acabar con su vida arrojándose desde el balcón de su casa. El demonio había triunfado.

Pero, a lo lejos, imperceptibles ante la oscuridad de la noche, se entreveía el vuelo de dos cuervos que se dirigían hacia la montaña. Tras el salto de Ron, la trasnmutación en Wickle había tenido lugar. Las almas de Wickle y Anne se habían reencontrado, y quizás la estrategia del demonio Ánkor no había resultado tal y como el impostor esperaba.  Ya en las montañas un hombre y una mujer desnudos sonreían mientras estrellaban contra el suelo un frasco igual al que Ron había tomado pero con un contenido que provocaba la muerte del cuerpo y del alma, tal y como el demonio preveía. El cambiazo que Anne le había dado a Ankor había funcionado. La estrategia de Anne había sido milimétricamente calculada durante siglos. La lluvia caía intermitente sobre el pueblo y cientos de rayos cruzaban el cielo una y otra vez durante esa noche. Wickle había vuelto gracias a la astucia de Anne.






Cuento de terror-Carmen Ruiz-La pierna ortopédica

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cuento para el concurso de relatos: Jarmush y la castañera.

Jarmush había decidido marchar para siempre del clan. De hecho, había decidido irse a vivir aislado de cualquier contacto con el resto de humanos.
Durante toda su vida había intentado, en vano, conocer a otras personas como él, con las que poder compartir experiencias, intereses, juegos y conversaciones sin final. Sin embargo, Jarmush había perdido ya cualquier esperanza de conocer a alguien así. Se sentía frustrado porque se consideraba extemporáneo, su lugar no estaba entre los humanos, quizás tampoco en ese tiempo.  "Quizás en otra vida, en otro lugar o en otra época pueda encontrar a mi gente" .- pensaba. Pensó que una vida de retiro espiritual y de contacto permanente con la naturaleza serían su mejor hogar hasta que la naturaleza decidiera poner fin a su existencia.  Así que un buen día decidió hacer su hatillo y marchar.
No se llevó gran cosa. Algo de ropa para las inclemencias del tiempo, algo de comida para los primeros días, y una navaja para cortar, defenderse de los animales o utilizarla como herramienta. Su destino eran las montañas de Cassandra, un lugar inhóspito que nadie visitaba, pero en el que podría vivir tranquilo, con agua, frutos y caza abundante. Solo le acompañaba Nor, el perro lobo que había permanecido junto a él desde que se encontraron en el bosque de Eiwa, hacía ya 6 años.
Sin embargo, al tercer día de vivir en las agrestes montañas de Cassandra, se encontró con una anciana ataviada con un vestido negro, y que también se cubría el blanco cabello con un negro pañuelo. La anciana estaba sentada en una roca, y a sus pies un fuego a tierra donde asaba unas castañas. 
Jarmush, sorprendido por el encuentro, se dirigió hacia la venerable anciana para preguntarle qué hacía en aquél recóndito lugar, tan apartado de la humanidad. 
La anciana levantó su mirada hacia Jarmush, y Jarmush no pudo sinó fijarse en las miles de arrugas que daban a entender que aquélla anciana pasaba de los 100 años. Sin embargo, los ojos de la anciana escondían una mirada penetrante y encatandora. La anciana ofreció a Jarmush unas castañas recién asadas.- "come unas castañas, Jarmush, te reconfortarán...".
Jarmush se sorprendió que aquella anciana supiera su nombre. La anciana sonrió:
.-"No es necesario que digas nada, Jarmush. Estoy aquí por tí. Puedo leer tu pensamiento incluso antes de que tu seas consciente de él. Tú me invocaste sin saberlo el día que decidiste huír de tu destino. No se puede huír del destino, y estas castañas mágicas que te acabas de comer te devolverán al lugar del que no debiste escapar"
Jarmush escuchaba con atención, después de haber comido las castañas. No podía decir ni una palabra, y Nor, el perro lobo, yacía tumbado a los pies de la anciana castañera, quien proseguía hablando:
.- "Volverás a tu lugar, y cada 31 de octubre te dedicarás a asar castañas para ofrecer a todo aquel que se dirija a tí. Tus castañas tendrán tal poder mágico, que las personas que las coman, se volverán solidarias y dedicarán el resto de sus días a repartir amor y alegría por el mundo. A cambio, solo te pediré una cosa..."
Jarmush no daba crédito a lo que escuchaba, pero le seducía la idea de poder cambiar aquéllo que le había hecho apartarse del mundo, así que asintiendo con la cabeza, contestó a la anciana
- "Usted dirá señora".
La anciana prosiguió:
- "a cambio de ese don, debes darme tu alma. Llevo 5000 años intentando conocer a alguien como tú. Quiero tu alma, y con ella, obtendré la fuerza necesaria para adoptar un nuevo cuerpo más joven, y te acompañaré cada 31 de octubre en la misión que te he asignado. Si aceptas, nuestras almas permanecerán unidas para siempre, más allá de la vida y de la muerte, y nuestra magia unida servirá para que todas las almas en pena, y fantasmas desorientados encuentren su camino. ¿Aceptas?.

Y así fue como en las montañas de Cassandra una anciana cuyo nombre nunca supimos y Jarmush llegaron al acuerdo de asar castañas cada 31 de octubre. Si os encontrais alguna vez a Jarmush, acompañado de un perro lobo y de una joven castañera, y os ofrecen castañas, no lo dudeis. Cada castaña que comais aliviará vuestra alma y servirá para que un nuevo espíritu encuentre su camino. 
Pedro Cuesta

Microrrelato: Zorcol o el poder del mal.(Cristina)



En la comisaría de policía todo el mundo andaba bastante alterado. La psicóloga Claudia Marquez se disponía a interrogar al detenido, un profesor de formación, acusado de haber dado muerte a todos sus alumnos durante esa tarde. A su lado, el inspector González explicaba a la psicóloga lo que sabían del detenido: ¡No tiene antecedentes penales!, pero las pruebas le acusan directamente. Lo encontramos en su aula, el lugar del crimen, con un cuchillo ensangrentado, y con los cuerpos asesinados y mutilados de todos sus alumnos. No sabemos qué ha podido pasarle por la cabeza. Por eso está usted aquí. Ah!, una cosa más, cuando le interrogue, intente averiguar quien es Bimba y quien es Zorcol, no para de repetir sus nombres.

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Carlos finalizaba su jornada laboral a las 20h como cada día. En esta época del año ya era noche cerrada a esa hora, y por la calle ya no se veía a casi nadie. Los alumnos de Carlos que también se despedían al salir de clase, se abrochaban el abrigo y salían con una velocidad elevada. El frío y la oscuridad comenzaban a hacer estragos. Cuando todo el mundo hubo marchado, Carlos cerró las persianas del local, saludó a Bimba, su compañera, que, como cada día, le esperaba a la salida del trabajo para regresar juntos a casa.

Bimba y Carlos vivían juntos hacía cuatro años. Se habían comprado una casa aislada cerca del cementerio. Pensaron que era el mejor lugar, porque además de que la casa estaba muy bien de precio, lo que más les importaba es que tenía una buena parcela, en la que poder criar en condiciones algunos de sus raros animales: el Renzo, un lagarto de dos cabezas que se alimentaba de niebla y que tenía el don de poder orientar a los espíritus que no encuentran el camino; las dragoninas, con patas de gallina y cuerpo y cara de dragón. Sus huevos eran de color negro, y alimentarse de ellos era fuente de salud y vida eterna, aunque lo complicado era realmente poder recoger los huevos sin ser chamuscados por las revoltosas dragoninas. Por último, Bimba y Carlos también tenían un Zorcol, un extraño ser, de color rojo y cara de demonio, de apenas un metro de altura que caminaba erguido sobre sus patas traseras y que tenía el don de hablar y de saberlo todo sobre el mal.

Pero cuando esa noche llegaban a casa, ya desde lejos se veía un intenso humo saliendo de su casa. Bimba y Carlos corrieron hasta llegar a la casa en llamas. El fuego era imparable. Las llamas habían reducido a cenizas al Renzo y la casa estaba ahora rodeada de espíritus desorientados que deambulaban sin rumbo por la parcela. Las dragoninas habían sido también quemadas, pero se notaba que habían batallado hasta el final contra quien quiera que fuera que había provocado este incendio. Zorcol había desaparecido. La casa estaba completamente destruída, y Bimba enfurecida clamaba venganza. Carlos comenzó a pensar en quién podía haber cometido semejante atropello y juró matar al culpable en cuanto lo descubriera. Así que Bimba y Carlos decidieron no comunicar a nadie lo sucedido y hacer vida normal.

Al día siguiente, Carlos acudió a clase como era habitual, y durante la clase observaba las caras y las manos de sus alumnos. Buscaba alguna quemadura o de pista que le permitiera saber quién había sido. Aparentemente, todos los alumnos de la clase parecían inocentes.

LLegó la pausa de la clase, una media hora, y Carlos salió a la calle, Este día Bimba estaba allí, asi que se dirigió hacia ella. Bimba estaba nerviosa, Había encontrado al Zorcol y le había preguntado quién había sido. Ahora Bimba había venido a ver a Carlos para decirle que habían sido todos los alumnos, en un trabajo en equipo, quienes habían conspirado y organizado el incendio de su casa. Bimba exigió a Carlos que cumpliera su venganza: mátalos, mátalos, mátalos.  Esas palabras retumbaron en la cabeza de Carlos durante las siguientes dos horas.

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La psicóloga escuchó pacientemente el relato de Carlos, y cuando éste hubo acabado, le preguntó por el paradero de Bimba y del Zorcol. Carlos levantó la mirada, y respondió: ¿bromea?. Están ahí sentados al lado de usted. La psicóloga se levantó de un golpe, y marchó de la sala para contarle al inspector lo sucedido.

Días después la investigación concluyó. Carlos fue hallado culpable de las muertes de sus alumnos. Bimba, la mujer a la que Carlos hacía todo el rato referencia, había sido su compañera años atrás pero había muerto ahogada en un incendio fortuito que se había producido hacía seis años. Daba la casualidad de que el crimen de Carlos se había cometido en el sexto aniversario del incendio que había acabado con la vida de su esposa.

Nadie sabe nada del Zorcol, pero cuentan que en las noches de niebla, sale a buscar nuevos esclavos para que hagan el mal, y que un nuevo profesor de formación parece ser la víctima propicia escogida.


Cristina Cifuentes

jueves, 27 de octubre de 2016

Juego de las Sillas



JUEGO DE LAS SILLAS
HALLOWEEN 2016 


Baila hasta que se acabe la música...
Si te quedas sin silla "lo pagarás" contando un chiste.
Resultado de imagen de halloween sillas¡QUE EMPIECE LA MÚSICA!